La vergüenza es una meta-emoción que permanece en el centro de traumas complejos y procesos disociativos, y está detrás de la mayoría de los trastornos emocionales infantiles. Debido a la cronicidad de sus traumas, estos niños llevan consigo una sensación de deficiencia e indignidad, que alimenta las defensas arraigadas, la división en su personalidad emergente y también puede mantener estancado el proceso terapéutico.

La propia vergüenza del terapeuta también puede activarse y con ella, contribuir a la falta de progreso y a los malos resultados terapéuticos. La vergüenza es relacional, ya que el niño se ve a sí mismo a través de los ojos de un otro que rechaza, desregula y no está disponible. La curación de los síntomas centrales en los niños disociativos y crónicamente traumatizados implica, el trabajo con los cuidadores y las heridas generacionales que mantienen tales estados de vergüenza, y con ello sostienen la sintomatología crónica y generalizada.

Esta presentación ayudará a los clínicos a comprender los orígenes de la vergüenza y a trabajar con ella, a lo largo de las fases importantes del tratamiento EMDR. Se abordarán estrategias y habilidades fundamentales que se pueden utilizar durante la fase de preparación, para dar significado y contexto a estados afectivos vergonzosos, mientras se promueve la mentalización. Se cubrirán enfoques y estrategias de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, así como formas de valorar la entrada en la mente del niño. Cubriremos cómo acompañar compasiva y juguetonamente a los niños, a medida que llegan a tales estados desreguladores, y cómo ingresar a los recuerdos que se encuentran en el núcleo y el centro de su vergüenza. Abordaremos el trabajo de las partes y las diferencias en la forma en que se brinda tratamiento a los niños, cuando la vergüenza existe dentro de un sistema interno fragmentado, versus los niños que muestran mayor integración.